Con una trayectoria en medios que muchos periodistas desearían poder contar, Sasturain se considera al margen de la profesión: “La verdad es que yo no soy periodista; he laburado mucho en los medios, pero no estudié periodismo, no tengo vocación periodística. Por vocación me gusta escribir, y en este país si uno quiere ganarse la vida haciendo lo que le gusta tiene que trabajar en los medios gráficos, y asociarse a la Utpba, y por lo tanto te convertís en periodista. Lo digo con absoluto respeto y admiración por mis compañeros de redacción, hoy de Página/12. He estado siempre rodeado de grandes periodistas.”
Lejos de considerarse una excepción, asocia su trayectoria en los medios gráficos a la de muchos de sus amigos y compañeros de generación. “Los que ahora tenemos como 60 años –explica– comenzamos a escribir y pasamos por la facultad en los conmovidos ´60, y fuimos docentes en los despelotadísimos ´70. Somos la primera generación de pretendientes escritores que trabajamos muchísimo en los medios: Osvaldo Soriano, el Negro Fontanarrosa, el Negro Dolina son impensados fuera de los medios. Son escritores que llegaron al libro pero no necesariamente empezaron por el libro, el libro es como un lugar de paso. Pero es el lugar donde yo me siento más cómodo.”
La profesión terminó quitándole un poco de esa comodidad del mundo de los libros, para meterlo de lleno en el vértigo del periodismo diario. “Yo empecé a laburar adentro de un diario a los 50 años. Una cosa es laburar en un diario y otra hacer una revista mensual de historietas: hacer eso es una joda. Yo fui colaborador de Página/12 desde que empezó, pero hace diez empecé a ir todos los días. Era como un pasante veterano: tuve que aprender a cerrar a los 50 años.
Lejos de considerarse una excepción, asocia su trayectoria en los medios gráficos a la de muchos de sus amigos y compañeros de generación. “Los que ahora tenemos como 60 años –explica– comenzamos a escribir y pasamos por la facultad en los conmovidos ´60, y fuimos docentes en los despelotadísimos ´70. Somos la primera generación de pretendientes escritores que trabajamos muchísimo en los medios: Osvaldo Soriano, el Negro Fontanarrosa, el Negro Dolina son impensados fuera de los medios. Son escritores que llegaron al libro pero no necesariamente empezaron por el libro, el libro es como un lugar de paso. Pero es el lugar donde yo me siento más cómodo.”
La profesión terminó quitándole un poco de esa comodidad del mundo de los libros, para meterlo de lleno en el vértigo del periodismo diario. “Yo empecé a laburar adentro de un diario a los 50 años. Una cosa es laburar en un diario y otra hacer una revista mensual de historietas: hacer eso es una joda. Yo fui colaborador de Página/12 desde que empezó, pero hace diez empecé a ir todos los días. Era como un pasante veterano: tuve que aprender a cerrar a los 50 años.
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