Resulta por demás paradójico pensar en la proliferación de medios de comunicación y el fin del periodismo. La brecha existente entre la imagen del cuarto poder de los ’90, el descrédito posterior y la reaparición de este y otros géneros culturales como vías de denuncia y legitimación de las mediaciones sociales es lo suficientemente grande como para sorprenderse ante la muerte de esta profesión. Sin embargo, el periodista Gustavo Sierra así lo afirmó, frente a una charla con estudiantes de la Maestría en Periodismo de la Universidad de Buenos Aires.
“Vengo con una noticia muy mala y con una noticia muy buena acerca del estado de nuestra profesión. La noticia mala es que el periodismo ya no existe”, sentenció el editor de la sección El Mundo del diario Clarín. “El periodismo que se conocía hasta ahora, el que ejercimos en los últimos cincuenta años, el de la tradición de Hemingway, por ejemplo, no existe más. Desaparece. Hay unos pocos dinosaurios”, precisó.
Pero, ¿Por qué desaparece? ¿Cuál es el entramado de factores que hace a la desaparición de los modelos periodísticos actuales y presenta, de manera casi imprevista, la necesidad de encontrar nuevas formas en medio de la coyuntura actual? “Este es un oficio, una profesión, una forma de hacer las cosas, que va desapareciendo a un ritmo a una velocidad absolutamente desconocida hasta ahora”, explicó.
“Muy poco periodismo se hace en lo cotidiano, cada vez menos. Todo esto, obviamente, marcado por la transformación tecnológica, que nos lleva a un camino nuevo, diferente, desconocido y, por supuesto, no sabemos hacia adónde va. Entonces, la buena noticia es que está todo por hacer. Absolutamente todo por hacer. Lo que va a marcar el periodismo en los próximos 20 o 30 años, lo van a marcar ustedes”, anunció, como contrapartida casi necesaria de la pesimista descripción con la que inició su disertación.
Una enorme frustración.
Si hay algo que destaca Sierra en cuanto al periodismo de los últimos años es “una enorme frustración”. “El nivel del periodismo ha bajado enormemente en los últimos treinta años. Lo veo día a día, con las exigencias en las redacciones”, opinó, al tiempo que destacó algunas excepciones, representadas por determinados medios estadounidenses y europeos.
“Salvo en lugares donde son realmente estrictos, y que están confinados a Estados Unidos y el norte de Europa, en el resto del mundo se hace un periodismo desde ya banal, pero al mismo tiempo no riguroso”, sostuvo el corresponsal de guerra. “Ninguno de nosotros pasaría algunos de los exámenes a los cuales están expuestas las investigaciones periodísticas de estos medios. Por lo tanto, el desafío es encontrar el camino y manejar todas, pero absolutamente todas, las herramientas. No puede haber un periodista gráfico o de televisión. Si hay cosas obsoletas, esa es una de ellas”, añadió.
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